martes, 3 de julio de 2007

A la opinión pública

En nuestro país, el alcohol es una droga de consumo tradicional, que ocasiona efectos importantes sobre la salud y numerosos problemas sociales y económicos.
El alcoholismo es una enfermedad que no se cura y puede llevar a la muerte. En los últimos años, el número adolescente alcohólicos ha crecido estrepitosamente en Acatlán.
Entre los jóvenes de Acatlán, beber alcohol es más común de lo que parece.
Para el colectivo de jóvenes el alcohol es la droga preferida. En realidad, los adolescentes consumen alcohol con mayor frecuencia y en mayores cantidades que todas las otras drogas ilícitas combinadas. A pesar de que la mayoría de los niños de entre 10 y 14 años no han comenzado a beber aún, el inicio de la adolescencia es un periodo de especial riesgo para comenzar a experimentar con el alcohol.
Hoy en día muchos jóvenes tienen mayores oportunidades y disponen de más ingresos, pero son más vulnerables a las técnicas de marketing y ventas, cada vez más agresivas en los productos de consumo y sustancias potencialmente peligrosas como el alcohol. Al mismo tiempo, el predominio del libre mercado ha erosionado las redes de seguridad de la salud pública existentes en diversos países y debilitado las estructuras sociales para la juventud.
En las dos últimas decadas se han producido, entre los jovenes acatecos, cambios importantes en los patrones de consumo de alcohol que son reflejo de las profundas transformaciones sufridas por la sociedad en relación con el mundo de las drogas. A nivel epidemiológico la relevancia del alcohol se encuentra, no sólo en el hecho de que sea la droga más consumida por los adolescentes y jovenes, sino en la importancia que ha adquirido su consumo en el tiempo de ocio del colectivo joven, además de ser sustancia de referencia en las relaciones de los jóvenes con las drogas. De esta forma, el alcohol se ha convertido en un elemento básico de la cultura juvenil y de sus formas de ocio.
Algunos de los factores que más han contribuido a la generalización del consumo de alcohol es la existencia de todavía una gran tolerancia social y la escasa percepción del riesgo asociado a la ingesta de bebidas alcohólicas.
Las principales tendencias en los patrones de consumo de alcohol entre los jovenes son la mayor experimentación con el alcohol entre los niños y el aumento en los consumos de alto riesgo como consumos excesivos en cortos periodos de tiempo y de "borracheras", especialmente entre adolescentes y adultos jóvenes, y en la mezcla de alcohol con otras sustancias psicoactivas (policonsumo). Entre la gente joven hay claros vínculos entre el consumo de alcohol, tabaco y drogas ilegales.
Los jovenes son más vulnerables a sufrir daños físicos, emocionales y sociales derivados de sus propios hábitos o de los hábitos de beber de otras personas. Hay fuertes vínculos entre consumos de alto riesgo, violencia, comportamientos sexuales de riesgo, accidentes de tráfico y otros accidentes, incapacidades permanentes y muerte. Los costos sanitarios, sociales y económicos de los problemas relacionados con el alcohol entre la gente joven imponen una carga importante sobre la sociedad.
¿Por qué menciono eso?, pues por que simple y sencillamente es más común ver en Acatlán a jóvenes de escasos 14 años embrutecidos por el alcohol en discos o simplemente en el parque.
Por todo ello, hacemos un llamado urgente a los padres de familia, a las instituciones educativas, las instituciones de salud, al gobierno municipal y a la sociedad en general a impulsar la prevención desde edades tempranas y reducir la tolerancia hacia su uso.

ATTE: EL EDITOR


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